miércoles, 1 de junio de 2011

Una noche de nieblas.

Allí estaban ellos dos, solos. Ella una enfermera que había vuelto para verle a él. Él, un apuesto joven piloto de las fuerzas armadas de América. Este estaba loco por ella y tras la insistencia de varios días, de repente, apareció con la nariz vendada ,presa de un accidente contra una mesita, con una botella de champán y dos copas a la salida del hospital donde ella trabajaba.
Esta al verle se sorprendió pero a la vez estaba feliz. Él se quedaba embobado al ver como la mujer de su vida bajaba por esas escaleras esa helada noche de nieblas.
Él, al estar tan sumamente nervioso por su presencia, abrió la botella de champán con tan mala suerte que el corcho salió propulsado hacia su herida nariz.
Ella, muy antenta le puso un trozo de hielo en su nariz. Y este dijó:
-Eres tan preciosa que hasta duele.
+Es por la herida de la nariz, tonto.-contestó ella vergonzosa.
-No, es por la herida que has hecho en mi corazón.
Y trás esta declaración ella, enamorada, le dió un beso. Su primer beso.



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