sábado, 25 de junio de 2011

24 de Junio.

Porque no encuentro un motivo mejor ni ningún día, lugar, gente, fiesta para hacer una entrada.
Era por la mañana sobre las 11 y 30  y yo, como de costumbre, estaba nerviosa, pletórica, eufórica por lo que unas horas más tarde iba a ocurrir. No era simplemente una fiesta era la fiesta. 
Y fuimos dirección de un río, creo que el Najerilla. Era un día perfecto, calor, sol, ellos, flotadores, gente, muchísima gente. Nuevos amigos inesperados, también antiguas amistades y otras eternas. Tras bebernos hasta la botella, se habla, se habla mucho se cuenta tus sentimientos ocultos, tus amores, tus odios. Es precioso como una persona se puede sincerar tanto con una botella de calimocho dentro de su delgadito y precioso cuerpo. También vi muchas ilusiones rotas, como por ejemplo la mía, pero bueno ese no es el tema. 
Ayer bailamos mucho, no muchísimo. Me encantó una imagen que creo que se me quedará grabada en mi mente: De repenté miré hacia arriba de esa cuesta tan estrecha. Había cientos de personas juntas pretitas como hormiguitas entrando en su casa. Mucha gente tiraban sombrillas por los aires y había mucha agua cayendo desde el cielo o ¿desde algún balcón? No sé pero me pareció precioso.
Porque merece la pena desmelenarse algún día e imaginarte que ningún problema te puede golpear. Porque simplemente era 24 de Junio.


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