viernes, 13 de enero de 2012

En un simple charco, a veces, nos ahogamos.

La inconformidad en las personas es como tener dos ojos, una cosa natural que la tenemos sin saber como ha llegado a nosotros. Porque el hombre es inconformista por naturaleza. Todos, todos queremos y deseamos lo que no tenemos, lo que otros poseen y campan a sus anchas con ello.
Quien tiene el pelo liso lo quieres rizado, y viceversa. Quien tiene novio recuerda lo bien que antes estaba en la soltería, sin sufrimientos ni preocupaciones que no te incumben. Quien esta soltero ansía con todas sus fuerzas tener a alguien especial. Los jóvenes quieren ser adultos, y los adultos jóvenes. Hay gente que se queja del mucho frío que hace en invierno y del mucho calor que hace en verano. Gente que nunca puede parar de comprar ropa, rellena algún vacío en su vida. Quien tiene pocas tetas o culo le gustaría tener un poquito más y quien tiene mucho de las dos cosas mataría por tener menos. ¿No veis? Seguro que algunas de estas cosas os han sucedido, habéis pensado u os han contado a lo largo de vuestra vida. Si cuando yo digo que le hombre es inconformista será por algo.
Cierra tu puño: aprovecha y disfruta lo que tienes. Ya sabes que la avaricia rompe el saco. No me gustaría volver a coserlo.


Llueve y como siempre no a gusto de todos. Si soy cariñoso dices que te agobio, si me alejo un poco dices que paso de ti. Si te hago un regalo dices que te compro, y si no lo hago tengo algo por ahí. Si miro a una chica te pones de morros, y sino me dices deja de fingir. El caso es que nunca sea a gusto de todos.

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