martes, 27 de diciembre de 2011

Tantas lágrimas como un cocodrilo.

¿Cómo no me había dado cuenta antes? ¿Estaba ciega o que? Mucha gente puede pensar que sí, pero os voy a explicar porqué lo estaba, estaba enamorada. 
Es muy gracioso como he caído de nuevo a la tierra y me he dado cuenta que tengo que ser feliz. Caí el sábado por la noche, Nochebuena. Una persona desconocida me abordó y me encantó. Hablamos mucho, y me hizo una pregunta: ¿Eres feliz? Y yo inmediatamente dije un no rotundo. ¿Pero porqué esta respuesta? Tengo todo para poder serlo, familia, amigos, salud... No, no tengo amor, pero ya vendrá. Por una vez en esta vida tengo que ser paciente y esperar, si tiene que aparecer lo hará, y seguro que lo hará.
Tengo que levantarme de la cama con una sonrisa, y aprovechar los días uno a uno. No estamos para derrocharlos. Sé que tengo 16 años, y que todavía me queda toda una vida por delante. Pero en nada tocará despedirse de toda una vida y comenzar otra. Y no quiero malgastar ni un momento llorando por tíos que no merezcan la pena, ni comiéndome la cabeza por tonterías. Solo me queda disfrutar de la compañía que me acompaña día a día y siempre sacarles una sonrisa. 
No hay que malgastar nuestras fuerzas y sentimientos por personas que no merezcan la pena. Si no han querido formar parte de tu vida ellos se lo han perdido porque han dejado de conocer a una chica maravillosa y orgullosa de ser tal y como es.

No hay comentarios:

Publicar un comentario