domingo, 27 de noviembre de 2011

Mi mancava il coraggio di combattere per voi.


-En la vida de una persona hay épocas, etapas. Hay una primera, sobre los 16 años, en la que sueñas, sueñas y sueñas. Sueñas con la chica perfecta, sueñas con echar por fin un polvo, sueñas con la ropa que te vas ha poner el sábado para irte de fiesta, sueñas con esa fiesta, sueñas con un mundo perfecto, sueñas con que tú eres especial, distinto a los demás, sueñas con tu futuro, sueñas con ser feliz y en esa etapa lo eres. Eran otros momentos, esos en los que estaba bien, sin ningún tipo de problema.
Y aquí viene la segunda etapa, en la que yo me encuentro anclado. Es esa en la que los problemas te ahogan, el dinero ahora tiene muchísima importancia, antes no lo apreciabas, en la que tienes que trabajar para vivir, en la que aunque quieras hacer cosas como pasar todo el día pegado a ti, no puedas hacerlas porque no tienes ni un segundo de descanso. En esa en la que ya no aguantas tonterías innecesarias, en la que todo lo cortas de raíz, en la que no das segundas oportunidades porque no estas como para que te hagan perder el poco tiempo que te queda. En esa en la que ya no puedes soñar y eso de ser feliz no es gratuito, hay que ganárselo con sudor y muchas lágrimas.
+Sé que te va ha costar esto que te voy ha decir pero bueno... Sueña pequeño, sueña. Que nada ni nadie te quite es gran privilegio. Porque te lo mereces, y no sabes cuanto. Sé que andas mal y que no es tu mejor época pero nadie te va ha quitar ese privilegio o mejor dicho, ese derecho de ser feliz. Y te aseguro que voy a hacer hasta lo imposible para ver esa sonrisa otra vez en tu boca.
¿Sabes? Quisiera parar el tiempo y quedarnos así, en el asiento trasero de tu coche. Juntos sin nada ni nadie que se interponga. Pararlo y que cuando veamos como el sol comienza a salir volvamos a este mundo de mierda que nos rodea. Pararlo aunque solo sea unas horas. Seguro que estas se me pasarían como segundos.
-No te merezco.
+Sí, claro que me mereces igual que yo te merezco a ti.
-Te quiero Marta.

1 comentario: