lunes, 21 de noviembre de 2011

Llegamos, vivimos y nos fuimos.

Llevamos toda la vida planificándola, o por lo menos la mía. Decidieron en dónde debía nacer y vivir, dónde debía de estudiar y con quien me debía de juntar. Me dieron unos determinados gustos y caprichos. Me dieron todo lo que quise cuando y dónde lo quisiese. Se pensaron que de esa forma me hacían feliz. Nunca salió un no de su boca. Planearon mi futuro. Una Universidad, una carrera, una cuidad, una independencia lejos de mi pueblo. Intentaron meterme ideas ideológicas en la cabeza y poco a poco lo fueron consiguiendo. Pero una cosa falló, mis dueños no lo habían previsto. Apareció otra persona pidiendo mi atención. Esta hizo que me diera cuenta que todas las personas no se rigen por el mismo patrón, como me habían enseñado. Me hizo ver que fuera de este lugar había otros sitios aún sin descubrir y que requerían de nuestra presencia. Me enseñó a confiar más en las personas y a mejorarme. Me hizo ver que las noches no eran para quedarme en casa. Hizo que me planteara mi futuro. ¿Y si ya no quería lo que tenía estipulado? ¿Y si ya me había cortado las cuerdas que me guiaban? ¿Y si solo le quería a él?

No hay comentarios:

Publicar un comentario