lunes, 11 de julio de 2011

Todo día a día

Con esto no pretendo que cambies tu forma de pensar, pero sí un poco tu forma de mirar las cosas. No todo tiene por qué salir mal, es más puede que todo lo que ocurra sea para traer consigo algo realmente bueno. Imagina que te caes, y que al intentar levantarme aparece delante de ti una mano que te ayuda a reponerte. Y que después de ese momento desearías volver a caer para repetir. Sólo se trata de mirar la parte divertida de todo, la que pocos pueden ver. Y después reír, como si tu vida dependiera de ello.


Querernos hasta ancianos.

La fauna hambrienta, el hambre tienta.
Inspírame cuando la mente esté sedienta.
Pero los días alientan, contentan al esclavo,
que no escarmienta…
…y sigue queriendo un buen bocado…
Lo que dios quiso que no lo separe el hombre.

Irresistible ¿Verdad?

No podía más tenía unas ganas de besarle que no me aguantaba pero no podía, era imposible. En ese momento, en el que estábamos él y yo en un parque con cientos de personas alrededor hablando, contándonos nuestras cosas más íntimas, abriéndonos nuestro corazón uno a otro. Hablamos de todo, me lo pasé genial junto a él le deseaba, le desaba mucho. Pero como he dicho era imposible, es demasiado dicil. Ojalá lo hubiera encontrado antes. Cuando estamos juntos no hay silencios incómos, hay muchas sonrisas, piropos, atracción, pasión, deseo...
Me quedaré con una frase que me dijo este apuesto caballero. Esta es:
- Sí yo realmente soy celosa, porque mira piensa si alguíen te importa te tiene que molestar que este bailando con otras chicas y eso... Ya sabes - le dije.
+Si es que Marta somos iguales, como dos almas gemelas. Tú y yo vamos a terminar mal, muy mal.
-¿Por? Si nos encanta estar juntos.
+Porque noto que vamos a terminar mal, muy mal, créeme. Nos vamos a enamorar y mucho.
Y de repente mi corazón se me encojió. Eso era lo que realmente quería. Quería enamorarme perdidamente de él. Lo único que pude hacer en ese momento fue sacarle una sonrisa, pero no una sonrisa cualquiera, era mi mejor sonrisa. Solo y exclusivamente para él.

sábado, 2 de julio de 2011

Cuando no hay nada que contar.

Porque cuando me miras mi mundo se para.

Un gran paso.

Me sentía mal. Estaba triste porque era un día muy triste. Un día muy eperado, no te digo que no pero muy trágico a partes iguales. Porfín era el día en el que me marchaba de casa, me independizaba y no es que me fuera cerquita, no, me fui a la capital, mi Madrid querido. Sabía que ese día iba allegar pero no pensaba que tan pronto. Estos dos últimos años se me pasaron volando. Mi adolescencia en mi maravilloso pueblo. No me hubiera podido imaginar mejor. Muchos recuerdos y hermanos me he llevado.
Mucho amores, lios, amigas, boracheras, discusiones... Es indescriptible, no mejor son indescriptibles.
Porque aunque me haya marchado por otro camino muy diferente al de ellos toda mi vida van a estar detrás de mí, siguiendome bien cerquita. 
Y porfín me fui.

Porque con una mirada, gesto, suspiro, beso me alegra el día. Estos sí que son superpoderes y nos los que Superman poseía.

viernes, 1 de julio de 2011

21 de Marzo.

Y de repente me desperté, fue curioso. Me desperté llorando, a moco tendido, con dolor de cabeza y con el corazón encogido. No lo entendía porque era 21. Era 21 de Marzo y ese día era nuestro aniversario. Llevávamos un año ya. Se me hizo cortísimo, como un susurro del que no quería que nunca acabará. Un año lleno de amor, pasión, discusiones, regalos pero sobre todo mucha confianza y una grandísima amistad entre medio. Era un día muy esperado por ambos. Yo le había regalado ese reloj que un día cuando estábamos de escapada de fin de semana en Mallorca vió en un escaparate de una tienda vintage. Era muy caro y ninguno de los dos podíamos permitírnoslos.Pero ahorré mucho y se lo compré. No encontraba otra forma mejor de gastar ese dinero. Era para él y con eso me bastaba. Simplemente verle esa sonrisa tan preciosa que eclipsaba hasta el resplandor de las estrellas una noche de verano. Le quería, le quería más que a nada. 

Y llegó la hora de vernos. Yo estaba en casa contando las horas de que él, mi Romeo apareciera por la puerta. Y la hora llegó, y tanto que si llegó. Eran las 9 de la noche. Yo iba guapísima, me puse un vestido rojo de seda con mis zapatos negros con brillantes delante. El pelo suelto y rizado como a él tanto le gustaba. Y sonó el timbre, él tan puntual como siempre. Abrí la puerta y él no estaba, solamente había una nota. En esta ponía: "Sígueme hasta el paraíso, mi angel" Y una flecha que señalaba el portal. Bajé ilusionada y rapida por las viejas escaleras. En el portal había una caja de bombones lindt y un enorme ramo de rosas rojas y otra nota claro. En esta ponía: " Donde nos dimos el primer beso te espera tu Romeo" y señalaba el parque que estaba justo enfrente de mi bloque de pisos. Salí corriendo del edificio y comencé a escuchar "Just a dream" tocada al violín y con un piano de fondo. Las lágrimas comenzaron a derramarse y el rimel lloraba al igual que su dueña. Y lo ví. Allí parado delante de la fuente con un te quiero escrito en un enorme mural. Allí estaba el hombre de mi vida vestido con un traje negro muy elegante. La luna no le hacía justicia. Era perfecto. Señores la perfección si que existe. Era él, era yo, éramos nosotros. Un siempre indestructible.