sábado, 5 de mayo de 2012

Nuestro último tango en París.

Entró, dejó su mierdas y volvió a salir de mi vida como tantas veces a hecho. Las mismas palabras, los mismos hechos, las mismas jugarretas y planes. Dudé al pensar si por fin habría cambiado pero me acordé de una pregunta o mejor dicho del entrevistador. Me acordé de sus miradas embobado en mis ojos, de su risa y de su vergüenza al tenerme al lado. Me acuerdo de su cara, cual poema, hablando del otro. De su pregunta: ¿Aún le sigues queriendo? No supe que contestarle, aún no me había hecho esa pregunta. Un bucle de sentimientos me tragaron. Eché valor y contesté, sin tener muy claras las ideas.
No le quiero, vamos por lo menos no como antes, pero si te dijera que no pienso en él, te mentiría.- le dije.
No contestó, pasamos de tema. Pero yo seguí con el run run en mi cabeza. ¿Aún seguía sintiendo algo? La verdad que pensándolo con la cabeza fría digo que no, que no le quiero. Solo guardo recuerdos, sobre todo malos. Cerré la puerta con candado y tire la llave. Pasado pisado ¿no?


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