miércoles, 4 de julio de 2012

Fuiste tú.

Una bocanada de aire fresco recorrió mi cuerpo esa noche tan calurosa de verano. Los pies en alto apoyados en la  barandilla del balcón. Mis pantalones desgastados y medio rotos con un top que no dejaba hueco a la imaginación. Silencio, calada, suspiro. Ir y venir de luces al horizonte. Estaba sola. Millones de estrellas en el cielo, una luna inmensa que me miraba  con ojos de "Tranquila todo va a salir bien". Ladridos y más ladridos, empatizo con ellos y me fundo. Ellos quieren poder dormir bajo un techo y yo, que él vuelva bajo el mío. Cada cinco ladridos un silencio, cada cinco suspiros un recuerdo, un sueño... Ellos atados con cadenas, yo con rencores y orgullo. Apago el cigarro, ventana medio abierta, cama fría, solitaria. La noche parece interesante entre vueltas y vueltas, entre 30º, entre pensamientos subidos de tono patrocinados por él. Cierro los ojos, el mundo toma un respiro y se apaga. Por otro lado se enciende el de la mente, donde todo es cierto, donde no hay pegas, donde estas peleándote conmigo por la almohada... Buenas noches y dulces sueños cariño.

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