Ella llorando y gritando en su cuarto:
Soy una estúpida,
una imbécil por creerme todo lo que me decía y me juraba. Ya veo que nunca me
quiso, que todas las palabras y los besos se los llevó el viento. Que jugo
muchísimo conmigo, que solo me utilizó para no estar solo. ¿Que no podía vivir
sin mi? Ja eso se quedó en el aire. ¿Que esto sería para siempre? Si para él el
siempre son unos meses... ¿No se dio cuenta de que era la única que le hacía
sacar una sonrisa? Pero estoy segura que te olvidaré, ya encontraré a alguien
que de verdad me sepa valorar y querer como yo a él. Que te vaya bonito. Y ten
por asegurado que si algún día quieres volver ya no estaré esperándote.
El en si
habitación gritando y rompiendo cosas:
Joder, porqué hice
lo que hice. La quería, lo juro, era la mujer de mi vida. Soy imbécil y un
gilipollas por no ver lo que tenía en mis brazos. Hacía que fuera yo de verdad,
era la única que hacía que saliera mi sonrisa mañanera. No se merecía tantas
mentiras, lloros, discusiones. Jugué con mis propias mentiras, ¿Porque quise
ocultarle que la quería y que sin ella no era nadie? Me arrepiento tanto.
Siempre ella ha sido el aire que respiro. Mi cabeza es incapaz de no pensar en
un nosotros, en un beso suave de buenas noches, en hacer la cuenta atrás para
nuestro nuevo aniversario. No sé como evitar no recordarte pero la verdad es
que uno no sabe lo que tiene, hasta que lo pierde.
-Hijo ¿que te
pasa?
+Nada mamá, que me
han roto el corazón.
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