miércoles, 30 de noviembre de 2011

Ahora la pelota está en tu tejado.

Tengo ganas de decir que ya está, que todo ha acabado, que estas semanas de sufrimiento y de extres continuo se han terminado y que tardarán en volver, tengo muchísimas ganas de tirar los libros a la hoguera y que todas las fechas, paces y reyes de la historian mueran quemados, al igual que Sócrates y Aristóteles, junto con los logaritmos e inecuaciones.
Tengo ganas de estar relajada y pensar con claridad. Tengo ganas de llegar a clase con una sonrisa de oreja a oreja, tengo ganas de tener los dos recreos y congelarme detrás de unos setos. Tengo ganas de no hacer nada, de rrascarme la barriga y no sentirme culpable por ello. Tengo ganas de salir los viernes, venir los sábados a las 5 de la mañana y de estar resacosa el domingo.
Tengo ganas de todo y de nada a la vez. Mi cerebro está cansado y abortagado. Este mes ha traido muchas alegrías, risas, momentos, muchos problemas, muchas escapadas, muchos examenes, mucho nerviosismo acumulado. Este mes a sido muy largo, pero ya ha terminado. Ahora toca disfrutar. Pasar de todo y reventar el lugar donde vayamos. Beber lo que nunca hemos bebido, fumarnos hasta las hojas de los árboles y no pensar en el pasado sino en lo que nos espera en este maravillo último mes. Diciembre nos espera chicas. ¿Preparadas?

domingo, 27 de noviembre de 2011

Mi mancava il coraggio di combattere per voi.


-En la vida de una persona hay épocas, etapas. Hay una primera, sobre los 16 años, en la que sueñas, sueñas y sueñas. Sueñas con la chica perfecta, sueñas con echar por fin un polvo, sueñas con la ropa que te vas ha poner el sábado para irte de fiesta, sueñas con esa fiesta, sueñas con un mundo perfecto, sueñas con que tú eres especial, distinto a los demás, sueñas con tu futuro, sueñas con ser feliz y en esa etapa lo eres. Eran otros momentos, esos en los que estaba bien, sin ningún tipo de problema.
Y aquí viene la segunda etapa, en la que yo me encuentro anclado. Es esa en la que los problemas te ahogan, el dinero ahora tiene muchísima importancia, antes no lo apreciabas, en la que tienes que trabajar para vivir, en la que aunque quieras hacer cosas como pasar todo el día pegado a ti, no puedas hacerlas porque no tienes ni un segundo de descanso. En esa en la que ya no aguantas tonterías innecesarias, en la que todo lo cortas de raíz, en la que no das segundas oportunidades porque no estas como para que te hagan perder el poco tiempo que te queda. En esa en la que ya no puedes soñar y eso de ser feliz no es gratuito, hay que ganárselo con sudor y muchas lágrimas.
+Sé que te va ha costar esto que te voy ha decir pero bueno... Sueña pequeño, sueña. Que nada ni nadie te quite es gran privilegio. Porque te lo mereces, y no sabes cuanto. Sé que andas mal y que no es tu mejor época pero nadie te va ha quitar ese privilegio o mejor dicho, ese derecho de ser feliz. Y te aseguro que voy a hacer hasta lo imposible para ver esa sonrisa otra vez en tu boca.
¿Sabes? Quisiera parar el tiempo y quedarnos así, en el asiento trasero de tu coche. Juntos sin nada ni nadie que se interponga. Pararlo y que cuando veamos como el sol comienza a salir volvamos a este mundo de mierda que nos rodea. Pararlo aunque solo sea unas horas. Seguro que estas se me pasarían como segundos.
-No te merezco.
+Sí, claro que me mereces igual que yo te merezco a ti.
-Te quiero Marta.

viernes, 25 de noviembre de 2011

Un juego de dos.


-Mírate al espejo. Mírate con ganas y estate así cinco minutos, ni se te ocurra apartar la mirada.
+No puedo. No me gusta mirarme.
-No entiendo lo insegura y lo poco que te quieresAna. ¿Tantos te hicieron daño? ¿Y tan mal te trataron? No lo entiendo.
+No es eso. Es que no me gusta mirarme, solo veo defectos y me deprimo. Sería incapaz de conseguir lo que me propones.
-Inténtalo, estoy aquí al lado tuyo.
+Vale.
-Repetimos: Mírate al espejo durante cinco minutos y no apartes la mirada. Y ahora sonríe. Saca esa sonrisa perfecta. ¿La ves? Es preciosa.  Quiero que hagas esto para que te des cuenta de que no merece la pena estar ni un segundo más así, de que eres divina en todos los sentidos. ¡Guapa más que guapa!
+Noel, ¿porqué estas conmigo? No lo entiendo, tienes a otras muchas mejores que yo esperándote con los brazos abiertos y llamándote todo el día. Me doy cuenta.
-¿Sabes cual es el único inconveniente de eso? Que yo solo te quiero a ti a mi lado. Sé que cuando me caiga me vas ha recoger y que cuando tenga algún problema tú serás la razón por la que deba estar feliz.
+Te quiero.
-Yo si que te quiero, ni te imaginas cuanto. Y cariño, sonríe como si cada día fuera una foto.

martes, 22 de noviembre de 2011

Rebien.

La vida no está hecha para contar calorías. Ponte esos vaqueros tan tuyos, un jersey y unas zapas y adelante comete el mundo.

lunes, 21 de noviembre de 2011

Llegamos, vivimos y nos fuimos.

Llevamos toda la vida planificándola, o por lo menos la mía. Decidieron en dónde debía nacer y vivir, dónde debía de estudiar y con quien me debía de juntar. Me dieron unos determinados gustos y caprichos. Me dieron todo lo que quise cuando y dónde lo quisiese. Se pensaron que de esa forma me hacían feliz. Nunca salió un no de su boca. Planearon mi futuro. Una Universidad, una carrera, una cuidad, una independencia lejos de mi pueblo. Intentaron meterme ideas ideológicas en la cabeza y poco a poco lo fueron consiguiendo. Pero una cosa falló, mis dueños no lo habían previsto. Apareció otra persona pidiendo mi atención. Esta hizo que me diera cuenta que todas las personas no se rigen por el mismo patrón, como me habían enseñado. Me hizo ver que fuera de este lugar había otros sitios aún sin descubrir y que requerían de nuestra presencia. Me enseñó a confiar más en las personas y a mejorarme. Me hizo ver que las noches no eran para quedarme en casa. Hizo que me planteara mi futuro. ¿Y si ya no quería lo que tenía estipulado? ¿Y si ya me había cortado las cuerdas que me guiaban? ¿Y si solo le quería a él?

viernes, 18 de noviembre de 2011

Como cambian las cosas en cuestión de 6 horas.

6 horas, 360 minutos, 21.600 segundos, la vida cambia... Parece poco tiempo, y lo es, pero esto es así de caprichoso, y estaba claro que algo tenía que pasar, estábamos rozando la perfección, cosa sobrenatural.

Miércoles por la tarde: hoy te veía, iba a ser genial porque iba a estar a tu lado. No es que estuviéramos en el lugar más romántico del mundo, estamos hablando de un taller. Pero ¿sabes? me daba igual, estaba junto a ti, te volvía a ver, y estábamos haciendo poquito a poco un día a día juntos. Una relación de las buenas. Nos contamos nuestras vidas, nuestros corazones comenzaron a hablar y no podían parar, nuestros problemas familiares, frustraciones, alegrías, aficiones, ropa, relaciones. Volvimos jugando al taller e imaginándonos nuestro futuro juntos. Parecía ideal y quería vivirlo. Eran las diez y no nos fuimos casa, claro está. Estuvimos en un bar durante tres horas más. Me mirabas y te reías, te miraba y me enamoraba más, no quería marcharme nunca, te lo juro. Pero todo tuvo que llegar a su fin. Me fui para casa con unas de mis mejores sonrisas, con uno de los días más felices de la vida de esta chica de tan solo 16 años.

Jueves: Me desperté pletórica. Dije que ese día nadie me iba a fastidiar mi alegría y quitarme la sonrisa de mi boca. Me lo prometí a mí misma, pero todo no sale como esperamos. Una foto lo cambió todo, supuestamente él no era normal, no era lo planificado ni lo deseado por mis padres. Tras horas de peleas, de intentar convencerles que era el chico que mejor me había tratado, con el que mejor había conectado y con el que era feliz, nada cambió. En una mano tenía al chico al que sigo queriendo y en otra a toda mi familia. No sabía que hacer. Soy impulsiva y por eso me pasa lo que me pasa. Tenía la clara idea de terminar con todo esto tan precioso, porque no me merecía la pena. No os podéis imaginar lo que lloré. Quedé con él y con tan solo ver como su pierna se bajaba de ese coche azul marino que me encantaba, me derrumbe y no hubo nadie que me parara. Me abrazó. Hablamos. Lloré, el se enfadó. Se fue, me dio dos besos y se fue, como si nunca hubiera existido. Yo en cambio me caí al suelo, no quería olvidarlo, no quería hacer como si no hubiera existido. Y no sé porqué volvió. Me abrazó más fuerte que antes. Me dijo que no quería verme mal, que aunque a él las lágrimas no le salieran con la misma facilidad él también estaba muy dolido. Buscamos culpables, miramos atrás y observamos que habíamos hecho mal. Y como conclusión nos dimos cuenta de que ninguno de los dos teníamos la culpa y de que todo lo que habíamos hecho estaba bien. Cada relación es un mundo y nosotros teníamos nuestras propias normas y tiempos. Y con un "ya hablaremos" nos despedimos. En mi corazón y en mi cabeza sabía que no le iba a ver más, que no volvería a escuchar su voz, que ya nada sería como antes. Llegué a casa y me metí a la cama a llorarle mis penas a la almohada. No comí, no cené, tenía una bola en el estómago. Empecé a recordar. Me imaginé una vida sin sus llamadas, sin sus "Buenos días princesa", sin sus besos, sin sus piropos, sin sus tonterías, sin él. Me volví a derrumbar y no paré.

Viernes por la mañana: Me desperté y una gota cayó de mi ojo. Ya volvía a las andadas. Me acosté llorando y me desperté peor de lo que estaba. Tenía la esperanza de que todo lo que pasó el jueves fuera un sueño, de que de repente comenzara a sonar la alarma diciéndome que me tenía que ir al instituto, que nada hubiera pasado, solo en mi cabeza. Pero eso no pasó. Ese día no fui al instituto, no me podía permitir comenzar a llorar en medio de todas las clases, no podía contar la historia una y otra y otra vez, no podía poner una sonrisa y decir que todo estaba bien. Ya estaba todo perdido. Mis amigas no se creían que lo hubiéramos dejado. Ellas sabían todo lo que yo había luchado por ese chaval, lo pillada que estaba, la obsesión que tenía.
Entre un mar de lágrimas debajo de las sábanas escuché otra vez mi móvil. Era él. Estaba triste, tenía una vocecilla de desilusión. Lo único que quería era verme bien, feliz. Fui sincera. Le dije que con lo único que podría estar feliz sería con él. Olvidar todo y comenzar de nuevo. Me costó lo mío explicarle las cosas, los hechos y abrirle mis sentimientos. Dijimos que volveríamos a empezar. Las lágrimas se cortaron como si hubiéramos cerrado el grifo de agua fría. Estaba un poco recelosa, sabía que no lo iba a olvidar tan fácilmente. Pero le esperaría. Minutos después sonó el timbre de los mensajes. Era él y me ponía "Que todo va ha salir bien porque eres lo mejor que se puede tener" A partir de ese momento volví a confiar, volví a ilusionarme, volví a sonreír, volvía a estar con él.

Lo único que te pido Omar, borra este jueves de tu cabeza, yo lo he hecho. Vamos ha hacer que la frase de borrón y cuenta nueva tenga un significado y unos resultados. Y esto no va ha ser un problema sino una solución, una luz para cuando estemos tristes.
Solos tú y yo.

lunes, 14 de noviembre de 2011

Yo tambien tengo mucho miedo a que me haga daño, todavia no llego a confiar en él. Sé que me terminara haciendo mucho daño, pero el tiempo que paso con él es el mejor de toda la noche o de toda la semana, con eso me sobra.
Me hace volar sin necesidad de fumarme ningún porro. Gran poder.

domingo, 13 de noviembre de 2011

Un día 13 como hoy...

Dibujar su inicial por todos lados. Sonreír cuando te habla como si fuera lo más gracioso del mundo y decirle con esa vocecita que es tonto. Obsesionarte con las llamadas perdidas, su voz y sus mensajes interminables. Convertirte en la persona más feliz cuando te habla, cuando te mira y sentir ese cosquilleo cada vez que te roza al pasar. Creer que su olor ha de formar parte de cualquier molécula de oxigeno que inspires, que sus pupilas y sus iris van a acabar de trastornarte, porque esos ojos marrones son encantadores. Tararear esa canción porque así te acuerdas de él en todo momento.
Soy feliz, y gran parte es por ti.

-Que nunca acabe este sueño, que no deje de tenerte cada día, que me des siempre el beso que necesito para sonreír, que me abraces fuerte y me hagas olvidar el resto de las cosas, que tenga tu fuerza cada día para conseguir todo a tu lado...
Y si realmente esto es un sueño, no me despiertes nunca y quédate siempre soñando conmigo.


Y te aseguro que si volviera a nacer, te volvería a buscar.

La influencia de un espíritu romántico.


Os voy a contar una de mis historias: 
Una noche como otra cualquiera estaba pasándomelo en grande con mis amigas, mi vida. Pensaba en él, porque voy a engañarme, pensaba en él como todos los días desde que le conocí. Este imbécil me dejó marcada por mucho tiempo.
Mientras íbamos andando por esta cuidad llena de gente borracha, pletóricas de alegrías, de gente besándose, de gente feliz, sin problemas aparentes, me lo volví a encontrar. Cosas del destino.
Ya sé que no es que viva en una cuidad muy grande, pero hablando de miles de personas era un poco difícil que nos encontráramos en el mismo sitio, en el mismo atajo para entrar a esa carpa. Esa noche no es que estuviera espléndida, ni mucho menos. Llovía, hacía frío y te echaba de menos, una mala combinación.
Volvió a ser un flechazo, me quedé embobada mirándote, sin saber como reaccionar, sin saber que era lo que debía de hacer y decir. Caí de las nubes y me dí cuenta de que tú ya me habías visto y tu sonrisa estaba entablando una conversación muda con la mía desde la distancia.
Mis pies se empezaron a mover y también mis neuronas. Necesitaba sacar un tema para retenerte aunque solo fueran unos minutos junto a mí. Aunque todavía estuviéramos de camino uno del otro ya me habías alegrado la noche. ¿Era fácil hacerme feliz verdad? Sí, lo era...
Tuvimos un frío saludo, yo en mi mente me comías a besos. Llevábamos mucho tiempo sin vernos y me dí cuenta de que tú cara se me estaba olvidando, además de lo bueno que estabas. 
Y sin quererlo te giraste, no sé si fue por recochineo pero una chica bajita y rubia te cogía la mano y no te soltaba. Te estaba reclamando. Mientras todo esto sucedía no paró ni un instante de mirarme, diciéndome con la mirada: " No te acerques zorra, este es mío" y unas sonrisillas falsas salieron de su boca de piñón.
Me fui, me fui corriendo. Lo más que podía, los tacones no me ayudaron mucho. Tenía miedo de que al estar unos segundos más contigo vieras como mis ojos comenzaban a inundarse y el dolor, mostrado en mi rostro, cuando mi corazón se empezara a desmoronar.
La cara es el espejo del alma así que yo llevo siete años de mala suerte encima de mi espalda.

martes, 8 de noviembre de 2011

Hágame el amor.

La Real Academia define la palabra imposible como algo que no tiene facultad ni medios, para llegar a ser, o suceder. Y define improbable como algo inverosímil, que no se funde en una razón prudente. Puestos a escoger, a mí me gusta más la improbabilidad que la imposibilidad, como a todo el mundo supongo. La improbabilidad duele menos y deja un resquicio a la esperanza.

Que David ganara a Goliat era improbable, pero sucedió. Un afroamericáno habitando la Casa Blanca era improbable, pero sucedió. Que los Barón Rojo volvieran a tocar juntos era improbable, pero también sucedió. Nadal desbancando del número uno a Féderer, una periodista convertida en princesa, que consiguiéramos ser campeones del mundo contra Holanda... El amor, las relaciones, los sentimientos no se fundan en una razón prudente, por eso no me gusta hablar de amores  imposibles sino de amores improbables. Porque lo improbable es por definición: probable. Lo que es casi seguro que no pase es que puede pasar. Y mientras haya una posibilidad, media posibilidad entre mil millones de que pase, vale la pena intentarlo.

sábado, 5 de noviembre de 2011

Natura

Si la quieres, demuéstralo. Si la amas, no la traiciones. Si no sientes nada por ella, no la ilusiones.

Just haven´t met you yet.

¿Creeis en el destino? ¿Pensaís que vuestra vida está ya planeada y solo tenéis que seguir los pasos que os han marcado? Yo creo en el destino pero no en su totalidad. Creo que las cosas pasan por algo, que si tu novio te deja será porque no merecía la pena, que si suspendes un examen será porque te tienes que poner las pilas y apretar, que si te encuentras con una persona a la cual hacía mucho que no veías será porque tienes que darle mas importancia en tú vida, seguro que algún día será imprescindible para tú día a día.


Por no elegir la calle de la derecha dejaste por el camino a muchas personas a las que conocer, muchas risas, muchas historias en las que tú hubieras sido la protagonista, pero elegiste la de la izquierda. Unas cosas tan insignificantes como estas hacen que tú vida cambie por completo. Cosas como cruzar el semaforo en naranja, tomar un atajo, preferir estar con tu chico a estudiar un examen de inglés o no irte de ese bar en el que, sin darte cuenta, te giraste y lo volviste a ver, tras mucho mucho tiempo. Extrañas coincidencias ¿verdad? ¿Cosas del destino? yo confío en que sí, confío en que esté predestinada a él y de que este término tan sobrenatural exista y que, por unos momentos, se acuerde de mí.
Créeme, en tu corazón brilla la estrella de tu destino.




Porque las mejores cosas aparecen cuando menos te las esperas.


viernes, 4 de noviembre de 2011

Let me go.


¿Quieres que te diga lo que realmente pienso? Pienso que se acabo, pienso que esto no da para más y pienso que todo esto es culpa de los dos, por nuestro puto orgullo y nuestro carácter, cosa que aveces deberíamos de tragarnos, en fin, somos así y supongo que eso no se puede cambiar. Todo el mundo dice que nos demos otra oportunidad pero ya estoy cansada, ya estoy cansada de las segundas, terceras y enésimas oportunidades. Y sé que han sido los cuatros meses más bonitos de mi vida y no los voy a olvidar pero también se que todo lo bonito se acaba, que nada es para siempre y que después de la calma vuelve la tormenta.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Disfrútalo, porque eres el primero.

- ¿Porqué te gusto tanto, Marta?
+¿Quieres que te diga todo? Igual te aburres, intenta no dormirte.
-Tranquila podré resistirme.
+Empiezo, me da mucha vergüenza pero bueno, pues mira me gustan tus dos ojos marrones casi verdes, y esa sonrisa, tu perfecta boca con esos labios tan carnosos, me gusta mucho tu cuerpo, estas muy bien. Me gusta lo alto que eres y que contigo me puedo poner tacones sin sentirme más alta que la persona que me coge la mano. Me gusta el estilo que tienes y lo bien que te queda la ropa. Y ahora viene lo más importante. Me encanta el sonido que haces cuando te ries, cuando te pasas diez minutos mirándome a los ojos sin decirme nada, cuando me haces reir como nunca antes lo había echo, cuando me abrazas para que no me suelte nunca, cuando te tengo que corregir las palabras que pronuncias mal, cuando llegas una hora tarde aunque la espera merece la pena. Me encanta tu forma de ser y como me haces sentir cuando estoy junto a tí, cuando por la noche tardas un cuarto de hora en despedirte de mí, cuando me dices cariño, cuando veo que te preocupas por mí. Eres muy bueno conmigo y no vas a lo que los otros iban como ciegos, me gusta que pienses en lo que yo quiero y en lo que a mí me gusta, también me encanta que te acuerdes de todo lo que has hecho cuando estábamos juntos, los momentos, las personas, los lugares, las calurosas noches. Ya está ¿Contento?
-¿Me lo estás diciendo de verdad?
+Sí.
Entonces el me beso como nadie, como si no hubiera un mañana, como si ese cuartito con unos sofás fuera nuestro mundo.  Yo estuve contándole lo que me podía llegar a gustar por lo menos un cuarto de hora y él en un beso me demostró con creces que lo que él sentía era mayor, mucho mayor a lo que mis palabras expresaban.
¿Porqué querrá que me enamore de él? Pues como siga por este camino lo va ha conseguir y muy pronto además.

martes, 1 de noviembre de 2011

#22


Justo como tú eres, no quiero a ningún otro a mi lado. Porque contigo es más fácil. Y os preguntareis porque me gusta tantísimo. Puede ser porque nada más verle mis piernas parecen un terremoto, mi corazón comienza a bailar y a bombear sangre como nunca, mis ojos se iluminan y se vuelven cristalinos. Quizás porque cuando estoy junto a él las cosas no me importan y solo quiero que vuelva a meter su lengua en mi boca. Puede que sea porque con él nunca te aburres, quizás sea porque esa sonrisa me da la vida y sus tonterías me hacen soñar en un mañana juntos. Quizás sea por lo difícil que me hace tenerlo, como si él fuera el premio al que pocas han conseguido llegar. Puede que sea por las cosas que me susurra cuando estamos a pocos centímetros, o por la confianza que hemos llegado a tener en tan solo unos días. Quizás sea por ese imán que me atrae tantísimo a estar pegada a él, puede que también sea por esa forma de decirme buenas noches y que sueñes conmigo, mi ángel.


Puede que sea por esto y por muchísimas más cosas. Pero lo que tengo claro es que esto no es amor, no, es una obsesión.